Madrid, Tierra Insumisa – La luz anaranjada de los faroles madrileños cubría a la multitud. Hacía un contraste con el tenue azul proveniente de las patrullas policiacas, en proximidad, que rondaban la marcha cual avispas. Las calles de Madrid protestaron este viernes 13 de agosto contra el reinado del capital.
La Travesía por la Vida ("la ruta de Ixchel en busca de la conquista a la inversa") comenzó hace meses, pero en la hirviente capital del estado español el punto conmemorativo del clamor “¡no nos conquistaron!” lo presenció la antigua Puerta del Sol.
Los siglos XVII al XIX atestiguaron la tradición madrileña que determinaba esta zona como uno de los principales «mentideros» de la ciudad. Curioso, históricamente los «mentideros» pertenecían a jurisdicciones no-oficiales, enclaves fijos para diseminar rumores y destruir reputaciones, pero también para conversar y compartir información (es decir, incluso aquello que no emanaba del poder era considerado “embuste”); por ello, historiadores los determinaron de manera casi-clínica "periodismo oral".
("¡Qué poco ha cambiado el mundo!", reflexionan las autoras, en retrospectiva).
Previo a la marcha, la estatua ecuestre de Carlos III, expectante como un zopilote, rondaba al público. Un murmullo nos recuerda: "Porque, donde faltan las razones, abundan las estatuas"1. El bronce que construye el monumento al monarca, proponente del despotismo ilustrado, engaña al ojo a simple vista, pretendiendo una antigüedad que no le pertenece. Aunque Carlos III ascendió al trono español el 10 de agosto de 1759, el monumento fue erigido en 1994. Desde su caballo parecía vigilar, estoico, inmóvil2.
El pedestal de la estatua a Carlos III posee una anacrónica descripción, 2000 caracteres simulando el estilo romano de redacción, atribuido al catedrático Carlos Sambricio. En el párrafo, inscrito en piedra, un fragmento salta a la vista:
“PROMOVIO LAS EXPEDICIONES CIENTIFICAS A AMERICA Y AVSTRALIA. DESARROLLO VNA POLITICA DE CREACION DE RIQVEZA EN LOS VIRREINATOS. RECONQVISTO MENORCA. IMPVLSO LA MODERNIZACION Y EN (sic) EMBELLECIMIENTO DE LAS POBLACIONES PENINSVLARES Y AMERICANAS…”
Al reinado de Carlos III se le atribuye la creación de los "Códigos Negros Españoles" inspirados, en parte, en el Code Noir francés. Su objetivo era crear nuevos mecanismos legales para normar la actividad esclavista y así aumentar la producción agrícola. El Code Noir, decreto aprobado por el rey francés Luis XIV en 1685, establecía estrictas restricciones, además de la impositiva esclavitud en las colonias francesas: restringió las actividades de las personas negras libres, ordenó la conversión al catolicismo romano de todas las personas esclavizadas en todo el imperio, definió los castigos aplicados y ordenó la expulsión de todos los judíos de las colonias de Francia. Es claro que atribuir en un pedestal “desarrollo” y “embellecimiento” al reinado de Carlos III no está fuera de lugar en tan célebre «mentidero».
Al inicio de la manifestación, un individuo sintió su orgullo colonial interpelado, y con saludos franquistas empezó una provocación dirigida a varias compañeras. Ante la escena, un compañero manifestante reaccionó y, tras varios empujones, otras compas decidieron separarles para no caer en la burda instigación. Poco después, los siervos del capital y el estado, la Guardia Civil, llegaron por el partidario fascista y lo acompañaron tranquilamente y en silencio a las afueras de la plaza, como si de viejos amigos se tratara.
Mientras tanto, la actividad continuaba su curso. Esta manifestación se esbozaba ya con sencillos trazos desde el 5 de octubre del 2020, cuando el Subcomandante Insurgente Moisés compartió su COMUNICADO DEL COMITÉ CLANDESTINO REVOLUCIONARIO INDÍGENA-COMANDANCIA GENERAL DEL EJÉRCITO ZAPATISTA DE LIBERACIÓN NACIONAL. En él, expresó de la manera estimulantemente poética que le caracteriza a su prosa:
"Que diversas delegaciones zapatistas, hombres, mujeres y otroas del color de nuestra tierra, saldremos a recorrer el mundo, caminaremos o navegaremos hasta suelos, mares y cielos remotos, buscando no la diferencia, no la superioridad, no la afrenta, mucho menos el perdón y la lástima.
Iremos a encontrar lo que nos hace iguales.
No sólo la humanidad que anima nuestras pieles diferentes, nuestros distintos modos, nuestras lenguas y colores diversos. También, y sobre todo, el sueño común que, como especie, compartimos desde que, en la África que pareciera lejana, echamos a andar del regazo de la primera mujer: la búsqueda de la libertad que animó ese primer paso… y que sigue andando.
Que el primer destino de este viaje planetario será el continente europeo.
Que navegaremos hacia las tierras europeas. Que saldremos y que zarpamos, desde tierras mexicanas, en el mes de abril del año del 2021.
Que, después de recorrer varios rincones de la Europa de abajo y a la izquierda, llegaremos a Madrid, la capital española, el 13 de agosto del 2021 -500 años después de la supuesta conquista de lo que hoy es México-. Y que, inmediatamente después, seguiremos el camino.
Que hablaremos al pueblo español. No para amenazar, reprochar, insultar o exigir. No para demandarle que nos pida perdón. No para servirles ni para servirnos.
Iremos a decirle al pueblo de España dos cosas sencillas:
Uno: Que no nos conquistaron. Que seguimos en resistencia y rebeldía.
Dos: Que no tienen por qué pedir que les perdonemos nada. Ya basta de jugar con el pasado lejano para justificar, con demagogia e hipocresía, los crímenes actuales y en curso: el asesinato de luchadores sociales, como el hermano Samir Flores Soberanes; los genocidios escondidos detrás de megaproyectos, concebidos y realizados para contento del poderoso -el mismo que flagela todos los rincones del planeta-; el aliento monetario y de impunidad para los paramilitares; la compra de conciencias y dignidades con 30 monedas".
Y así fue.
Dicho y hecho, con algo de trecho, pero hecho. Porque las Zapatistas saben que la palabra es el arma más poderosa, y no la toman a la ligera. Su promesa fue efectuada al pie del cañón. O, para continuar con la alegoría (¿por qué no? El ahuehuete es indomable), su promesa fue efectuada al pie de la letra.
Dicho comunicado fue recibido con escepticismo y la creencia de que esta vez las zapatistas no podrían cumplir con su palabra de viajar al continente previamente conocido como Europa. El 13 de agosto del 2021, poco antes de las 22:30 horas (hora de Madrid) en la Plaza Colón, el Escuadrón 421 Delegación Marítima del Ejército Zapatista de Liberación Nacional leyó en forma colectiva las últimas líneas del comunicado "Apenas 500 años después":
"500 años después, las comunidades zapatistas vinieron a escucharnos.
Desde Madrid, en la geografía que llaman España,
y en estos suelos y bajo estos cielos renombrados como
SLUMIL K´AJXEMK´OP, o “tierra insumisa”.
A nombre de las comunidades zapatistas.
El Escuadrón Marítimo Zapatista, llamado “Escuadrón 421”.
Planeta Tierra. 13 de agosto, apenas 500 años después."
Una lectura realizada junto a las rebeldes e insumisas en Madrid. Una lectura que confirmaba la coherencia política básica de hacer lo que se dice y de decir lo que se hace. Y todo en el mismo sitio que atestiguó a la extrema derecha con frecuencia realizar actos fascistas en meses anteriores.
No obstante, este viernes, los diversos colectivos, organizaciones, grupos, sindicatos e individuos al lado del Escuadrón 421 retomaron la plaza para llenarla de dignidad y rebeldía. No claudicarían, y no fueron conquistadas. Su lucha –declaraban en las aceras tórridas de la capital– era por la vida.
Yuli, Carolina, Ximena, Lupita, Marijose, Bernal y Felipe, integrantes de la delegación del EZLN, reafirmaron, con la lectura del comunicado y su propia presencia, que el Ejército Zapatista de Liberación Nacional sigue practicando un muy alto nivel de congruencia, que resulta radical, peligroso y escaso en el paradigma capitalista en el que vivimos… no, mejor dicho, en el que sobrevivimos.
Como acertadamente nos enfatizaron las voces del Escuadrón Marítimo 421, “vivir no es sólo no morir, no es sobrevivir. Vivir como seres humanos es vivir con libertad. Vivir es arte, es ciencia, es alegría, es baile, es lucha.”
En su discurso, la invitación abierta a la lucha fue sembrada cual semilla en el corazón de cada una de las presentes. La exhortación era clara, concisa, y cierta:
“Nosotras las comunidades zapatistas nombramos al responsable de estos males y le llamamos “capitalismo”.
Y también decimos que sólo con la destrucción total de ese sistema será posible que cada quien, según su modo, su calendario y su geografía, habrá de levantar otra cosa.
No perfecta, pero sí mejor.
Y a eso que se construya, a esas nuevas relaciones entre los seres humanos y entre la humanidad y la naturaleza, se le pondrá el nombre que a cada quien le dé la gana.
Y sabemos que no será fácil. Que no lo es ya.
Y sabemos bien que no podremos solos, cada quien en su parcela combatiendo contra la cabeza de la hidra que le toca padecer, mientras el corazón del monstruo se rehace y crece todavía más.
La metafórica convocatoria a la polinización cruzada de nuestro dolor, nuestra furia, nuestra rabia colectiva y nuestras luchas, parece llegar en el momento más absurdo, cuando de pie escuchamos las palabras de las Zapatistas; desde la audiencia asentimos, incapaces siquiera de respirar sin cubrebocas a pesar de la onda de calor madrileño. No es sólo el calor: una onda de futilidad acompaña también a la sofocante temperatura. Era absurdo… no, parecía absurdo.
A la izquierda de las Zapatistas, desde el Jardín de los Descubrimientos, la frase de San Isidoro de Sevilla ha sido inscrita en piedra:
ADEMAS DE LAS TRES PARTES DEL MUNDO
EXISTE OTRO CONTINENTE
MAS ALLA DEL OCEANO
Es cierto. El testamento de su existencia está presente en nosotras, mexicanas y testigos del taller ahuehuete. Está en las Zapatistas, que triunfantes han recorrido los ríos de concreto de la capital del estado español en su colorido navío.
Un navío zapatista surcó la Ruta de Ixchel, y ni el ardiente pavimento pudo impedir que se consumara la promesa. Algo nos susurra (¿la voz de Durito?) que para enfrentar el corazón de la hidra se necesita mirar más allá de lo plausible.
Ante la tormenta en el horizonte, la convicción de nuevas rutas. Es indispensable navegar más allá que lo que parece lógico, congruente, e incluso… posible.
